21 ¿Eras esclavo cuando fuiste llamado? No te preocupes. Y aunque
puedas hacerte libre, aprovecha más bien tu condición de esclavo.
22 Pues el que recibió la llamada del Señor siendo esclavo, es un
liberto del Señor; igualmente, el que era libre cuando recibió la llamada, es
un esclavo de Cristo.
23 ¡Habéis sido bien comprados! No os hagáis esclavos de los
hombres.
24 Hermanos, permanezca cada cual ante Dios en el estado en que fue
llamado.
25 Acerca de la virginidad no tengo precepto del Señor. Doy, no
obstante, un consejo, como quien, por la misericordia de Dios, es digno de
crédito.
26 Por tanto, pienso que es cosa buena, a causa de la necesidad
presente, quedarse el hombre así.
27 ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿No estás
unido a mujer? No la busques.
28 Mas, si te casas, no pecas. Y, si la joven se casa, no peca.
Pero
todos ellos tendrán su tribulación en la carne, que yo quisiera evitaros.
29 Os digo, pues, hermanos: El tiempo es corto. Por tanto, los que
tienen mujer, vivan como si no la tuviesen.
30 Los que lloran, como si no llorasen. Los que están alegres, como si
no lo estuviesen. Los que compran, como si no poseyesen.